EUTIQUIO LEAL ¡Luz de sombra blanca!
27.09.2021 20:57
Por: Jesús María Stapper
Cualquiera fuere la tarde, en el 'estrado de adoquines universitarios' canta la Palabra con 'argot yaraví'. La tarde estudiantil huele a cerveza, nostalgia del futuro, humo de cigarrillos tristes. Agría la cava de melancolía desprende aromas efervescentes. Alegres pasan por la calle antigua: ¡mujeres de la vida común y corriente! Las tablas de la tarima aguardan al actor, que pensativo, en el proscenio, rasca su barbilla. Repasa sus escritos guardados en recipientes de la memoria. Según las metáforas, se acurrucan derretidas las laderas del Mundo, no resisten la embriaguez perpetua. Jóvenes renegados que peregrinos ambulan, viven por sorpresa, una "alucinación fermentada". Un grupo de profesores, junto a los lectores de versos, en vigilia, entran en profundas reminiscencias. Esculcan la voz del éter, oyen el eco sonámbulo de: ¡una nube con melena blanca! -Voz declarada en rebeldía por sanedrines de rostros opacos, -afirma un gnomo clandestino. -Luz de una ¡sombra blanca! que con afecto nos arropa, -habla una anciana. -Palabra de recia estirpe que performa: ¡la insurgencia del firmamento!, -vocifera el poeta paria con presencia de faquir. El bardo anfitrión afirma-: Jorge Hernández Barrios su nombre y en el canto que no perece tiene por heterónimo: Eutiquio Leal. Un burgués venido a menos expone-: tiene viva estampa del cacique Calarcá, posee temple de guerrero indomable.
Eutiquio Leal: No resulta fácil hablar bien de un amigo cuando partió en inexorable viaje. Lo diminuto sería hablar en su contra... inventar lo deleznable. Pueden hoy al respecto, discutir con eterna maestría, en el trono insomne de una nebulosa esquiva: García Márquez, Neruda, Saramago, Borges. Fueron siete las facetas desarrolladas por el escritor de Chaparral en su tránsito existencial. Fue, con generosidad, un usted-tú-nosotros, lo hizo con la prudencia del amauta que no presume. En la faceta de su labor docente enseñó que, "la significación ni se ve ni se toca físicamente". Los educandos saben que Eutiquio fue el hombre que aprendió a aplicar las nuevas taxonomías para la estética literaria. ¿Quién no sabe que usted es el recaudador de "otras orillas"? No es desconocido que guardó en baldes negros la sangre humana que halló en los caminos... y también que agregó cadáveres humildes y sin nombre en el ancho canasto del olvido. Desafiante habló fuerte ante los ejércitos y los jueces para indicar la ignominia... Gritó que la Masa Inédita -Pueblo anónimo y pobre- en los delirios de la impotencia, sigue siendo una procesión clara-oscura de transitar incierto.
Forja para un paladín
Hijo del pueblo llamado Chaparral, apodado por voluntad propia Eutiquio Leal, amamantado en su espíritu por dificultades multánimes que lo anegaron. Abrió los ojos y conoció el escarnio universal. Supo de laberintos y vericuetos. Fue testigo que, por difíciles travesías, los harapientos van taciturnos, ignorados se extinguen en los confines del desahucio. Descubrió que la vida es una siembra de incertidumbres, sólo apuñalan los ojos del inocente y del pobre. Estricto contradictor y maestro, se declaró profesor: Universidad Santiago de Cali, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad Libre, Universidad Autónoma. Se supo escritor y se fue en desafío constante tras la novela, la poesía, el cuento, el ensayo. En su bibliografía, algunos títulos: La hora del alcatraz, El oído en la tierra, Después de la noche (novelas). Mitin de alborada, Trinos para sembrar, Música de sinfines, Ronda de hadas (poesía). Agua de fuego, Cambio de luna, Agua de tiempo (cuento). Talleres de literatura: Educación formal y no formal: teoría y metodología. Reconocido por la Academia colombiana como: Fundador de los talleres de literatura en Colombia.
Tres ¡Trinitarias! trinan cuando trepidan
La Trinitaria, para Eutiquio, en lo posible fue un -sinónimo tríptico- de revolución, independencia y libertad (La Trinitaria dominicana). De qué otra manera se titula con audacia un libro de poesía escrito por un rebelde: ¡Trinitarias! No obstante, nos entrega el autor, con manifiesta ironía: "son Trinitarias porque son poemas de tres versos". Para quienes no conocen tal obra, preciso decir que no son haikus (no pretenden una cercanía en contemplación de la naturaleza hallada en la palabra de Japón, allende la estructura: trimetría). No son textos cortos al estilo Hemingway porque el escritor colombiano es "un viejo" que boga en "otros mares rojos". No vamos por los renglones de esta creación hacia los aforismos o hacia las narraciones breves de Kafka. Cuántos críticos y profesores suelen calificar una obra innovadora de la poesía con epítetos subjetivos, sucede desde Argentina, Alemania, Francia o Rusia, en fin... Al iniciar la lectura de Trinitarias, el lector padece extraña vigilia, se apropia de los espectros que lo desvelan. Entrar en la mañana como un cautivo de Trinitarias nos otorga el invadir un laberinto poético del cual no desea uno salir. En sus versos palpamos la risa, reciclamos llantos del alba.
Poemas de Trinitarias:
El palpitar oscuro de la ciudad dormida
y los abruptos el día mira y huye...
En nosotros habitan los muertos de la guerra vivos y enamorados: hay ausencias presentes en el trueno.
Llora el viento sus muertos aturdidos
de miedos y relámpagos: los niños ateridos cantan su hambre nocturna. sin luz sobre sus libros la niña enamorada vigilia en cada letra: el fuego ha pernoctado en sus ojos. Ha caído una rosa: el dolor de la tierra se levanta angustiado a buscar otra roca en las estrellas.
Recolecta espontánea de versos:
La niña en su columpio goza el viento.
Allá vive la rosa sin esquirlas.
En las noches de luna todo amor es espejo.
Cada instante inventamos un verano infructuoso.
Aletea la mañana bajo un sol que renace.
Enciende tú la noche.
La joven jardinera siembra odas y doctrinas.
Las metáforas en Trinitarias vuelan, superan tormentas. Bailan ballet en sostenido giro. Los lectores entendemos que Eutiquio Leal es el 'teórico en narrativa', y un inventor poético. La discusión está abierta. El poeta: ¡sombra blanca!, en sus atavíos lleva versos eternos. Entre semana, consagrado hortelano celestial, abona en suelo feraz, un cultivo de poesía. El domingo cavila recostado en la irrompible hamaca del sueño.
Jesús María Stapper
Bogotá D.C. Colombia
Ficha técnica del cuadro que ilustra la nota:
TÍTULO: Eutiquio Leal.
AUTOR: Ana Unhold
MEDIDAS: 40 X 50 cm
TÉCNICA: Acrílico sobre lienzo.
He pintado este cuadro porque soy miembro del Taller de Escritores "Gabriel García Márquez"- Bogotá , del que soy miembro desde 2005 y del que Eutiquio Leal fue fundador hace casi 25 años.
Ana Unhold